Estamos en un momento clave en la historia de la humanidad: por primera vez, más personas viven en ciudades que en el campo, y durante las próximas décadas este tendencia se acelerará, sobre todo en el mundo menos desarrollado. Es más urgente que nunca construir ciudades sostenibles.
Sin embargo, la historia del último siglo apunta en otra dirección: a un modelo urbano de baja densidad, segregado funcional y socialmente, y basado en el uso y el dominio del coche. Lejos de cambiarse, este modelo de no-ciudad se está imponiendo justamente donde la urbanización se está acelerando más. Este modelo de ciudad del coche, la car city, ha sido, es y será altamente perjudicial para el mundo. Es ineficiente, injusto, antidemocrático, insalubre e insostenible.